Objetivos Locales y Globales

En el mundo empresarial es común que se fijen objetivos definidos a distintos niveles, por ejemplo algunos personales, otros locales y otros globales. Estos objetivos son definidos muchas veces por distintas personas o equipos y es muy importante que estén alineados entre ellos para no encontrarse en situaciones no deseadas. Si pensamos en los objetivos locales como aquellos que se centran en mejorar un aspecto particular de una situación, mientras que los objetivos globales buscan maximizar el resultado general, es importante entender que un máximo local no siempre es un máximo global. Alcanzar una solución óptima en una parte del problema no garantiza que sea la mejor solución para todo el problema. A continuación, exploraremos por qué esto es así.

Un ejemplo sencillo para entender esto es el problema de encontrar el punto más alto en una colina. Si solo miramos la pequeña sección de la colina que está directamente frente a nosotros, podemos encontrar fácilmente el punto más alto de esa sección, pero eso no significa que ese punto sea el punto más alto en toda la colina. Para encontrar el punto más alto en toda la colina, necesitamos considerar todas las secciones y buscar el punto más alto de entre todas ellas.

En un problema más complejo, hay muchas variables y factores que deben considerarse para lograr una solución óptima. Si nos centramos solo en un objetivo local, es posible que no consideremos otros factores importantes que podrían tener un impacto significativo en el resultado general. Por ejemplo, en el diseño de un automóvil, es importante considerar no solo el rendimiento del motor, sino también la seguridad, la eficiencia energética y la comodidad del conductor y los pasajeros. Si solo nos enfocamos en mejorar el rendimiento del motor, podríamos terminar con un automóvil que sea rápido pero peligroso y poco eficiente.

Matemáticamente podríamos tener algo como lo de la figura superior donde dos funciones tienen sus máximos locales para unos determinados valores, pero el máximo global (el de la suma de los dos) se da para unos valores en los que no se dan máximos locales. Es decir, el mayor beneficio lo tendríamos cuando ninguna de las otras áreas tiene su mayor beneficio. Curioso ¿verdad?. Cuando se fijan los objetivos se debe tener en cuenta que no se vean excesivamente influenciados por otros objetivos fijados a otro nivel, y es que todo está interrelacionado.

Cuando llevamos al extremo la interdependencia de los objetivos es cuando pueden chocar entre ellos y ser directamente incompatibles. En esta situación tenemos que un objetivo local óptimo no es compatible con otros objetivos locales óptimos. Por ejemplo, podemos tener un objetivo global del trimestre de hacer una cantidad de productos más alta de lo normal, y por otro lado un objetivo local para el equipo de mantenimiento de revisar todas las maquinas. En este caso dos equipos tendrían conflicto porque el equipo encargado del primer objetivo necesita que las maquinas trabajen el mayor tiempo posible mientras que el segundo equipo necesita pararlas para poder revisarlas. En este caso, es como el juego de la cuerda con dos equipos tirando cada uno hacia su objetivo y normalmente el desenlace es que haya roces entre los equipos, que ninguno de los dos objetivos se consiga y que todos, de alguna manera, se sientan decepcionados.

Podemos decir entonces que es importante tener en cuenta que los objetivos locales y globales son igualmente importantes en la búsqueda de soluciones óptimas a problemas complejos, pero tienen que estar alineados. Un objetivo local óptimo puede no ser compatible con otros objetivos locales (o globales) óptimos y, por lo tanto, no garantiza la mejor solución global. Por lo tanto, es necesario considerar todos los objetivos relevantes, asegurar que están alineados y no son contradictorios, y buscar un equilibrio para lograr la solución óptima global.