La primera vez que oí hablar sobre el Efecto Hawthorne fue durante mis años de carrera en ingeniería. Pese a que es un efecto que nos encontramos diariamente, no es muy conocido por su nombre, aunque últimamente he leído un par de artículos en los que lo nombraban. Es un efecto que se da sobre el comportamiento humano debido a la supervisión.
Durante las décadas de 1920 y 1930, en la planta Hawthorne de Western Electric en Cicero, Illinois, se llevaron a cabo una serie de estudios relacionados con la productividad de los trabajadores.
Estos estudios consistían principalmente en manipular las condiciones de trabajo como la iluminación, descansos, o incentivos, y ver como su variación impactaba en la productividad.
Inicialmente, se comprobó cómo los cambios positivos (como aumentar la iluminación) generaban un aumento de la productividad. Lo sorprendente fue que al realizar cambios negativos (como disminuir la iluminación), también aumentaba la productividad. De este modo, los resultados sugerían que la productividad mejoraba siempre que se realizaba cualquier cambio en esas variables, incluidos cambios negativos. Sin embargo, cualquier cambio en la productividad desaparecía cuando se interrumpían los experimentos. Finalmente, se llegó a la conclusión de que la productividad mejoraba porque los trabajadores respondían a la mayor atención de los supervisores. En este sentido, los trabajadores respondían a que se sentían vigilados y no a los cambios en las condiciones de trabajo. A este fenómeno se le conoce como el efecto Hawthorne.
El término «Efecto Hawthorne» fue acuñado en la década de 1950 por el investigador Henry A. Landsberger durante su análisis de los experimentos previamente realizados en la planta. Landsberger se refiere al «Efecto Hawthorne» para indicar la alteración del comportamiento de los sujetos de un estudio debido a su conciencia de ser observados. El efecto Hawthorne es un fenómeno fascinante que ha dejado un impacto significativo en diversos campos, incluidos la psicología, las relaciones sociales y por supuesto los negocios.
Este efecto se puede observar en otros muchos casos que pueden venir fácilmente a la cabeza, como:
- Empleados que trabajan más cuando su jefe les vigila: Los empleados pueden aumentar su productividad cuando saben que su rendimiento está siendo supervisado por sus superiores.
- Pacientes que afirman haber mejorado tras recibir un tratamiento: Los pacientes pueden afirmar sentirse mejor después de un tratamiento, no necesariamente por la eficacia del mismo, sino porque saben que están siendo observados.
- Estudiantes que dan un discurso a pesar de sentirse mal: Los estudiantes pueden esforzarse a pesar del malestar o la enfermedad para hacer una buena presentación si saben que se les está observando.
Efecto Hawthorne en las organizaciones
Ya hemos comentado que el Efecto Hawthorne se ha aplicado y discutido ampliamente en diversos campos, como la psicología, la sociología, la gestión, la educación y la atención sanitaria. Lo cierto es que tiene implicaciones tanto para el diseño de la investigación como para el comportamiento organizacional. Por ejemplo, algunos investigadores sugieren que el efecto Hawthorne se puede utilizar para mejorar el desempeño y la satisfacción de los empleados, brindándoles retroalimentación, reconocimiento y participación. Otros, en cambio, argumentan que el efecto Hawthorne puede suponer una amenaza para la validez y la generalización de los resultados de la investigación, ya que puede introducir sesgos y factores de confusión que no están controlados.
En el ámbito de la empresa, los trabajadores a menudo enfrentan altas exigencias, tareas complejas y cambios constantes en su entorno laboral. También pueden estar sujetos a diversas formas de seguimiento y evaluación, como revisiones de desempeño, encuestas, auditorías y métricas. Estos factores pueden influir en su comportamiento y desempeño de diferentes maneras, dependiendo de cómo los perciban y reaccionen ante ellos. Así, tendremos algunos trabajadores que podrían experimentar el efecto Hawthorne como un motivador positivo que mejora su creatividad, productividad y calidad de trabajo. Este tipo de trabajadores es posible que se sientan más comprometidos y comprometidos con su trabajo cuando saben que sus gerentes, colegas o clientes los observan y aprecian. También pueden buscar aprender nuevas habilidades y mejorar su desempeño para cumplir o superar las expectativas de los demás. Por otro lado, otros trabajadores pueden experimentar el efecto Hawthorne como un factor estresante negativo que perjudica su bienestar, autonomía e innovación. Es posible que se sientan más ansiosos y presionados cuando saben que los demás los observan y juzgan. También pueden desarrollar conductas defensivas o conformistas para evitar críticas o conflictos. Pueden resistirse al cambio u ocultar sus errores para mantener su imagen o status quo.

Podemos decir entonces que el efecto Hawthorne no es un fenómeno simple o universal que pueda medirse o manipularse fácilmente. Es un fenómeno complejo y dinámico que depende de varios factores, como la naturaleza del trabajo, las características de los trabajadores, el tipo y frecuencia de la observación, la retroalimentación y recompensas proporcionadas, y la cultura y el clima organizacional. Como líderes profesionales, es importante ser conscientes de los posibles beneficios y desafíos del Efecto Hawthorne en el entorno laboral. Debemos esforzarnos por crear una cultura laboral que fomente la confianza, la colaboración, el aprendizaje y la innovación entre nuestros trabajadores. También debemos diseñar y realizar investigaciones que minimicen el sesgo y maximicen la validez y la generalización de nuestros hallazgos. Tampoco hay que olvidar en vigilar que haya efectos nocivos debido a este efecto, y contrarrestarlos en cuanto se presenten.
Si ponemos el foco en el mundo IT, podemos ver que el efecto Hawthorne puede tener implicaciones significativas. Por ejemplo, los desarrolladores de software pueden modificar sus prácticas de codificación cuando saben que su trabajo va a ser revisado. Esto podría dar lugar a un código de mayor calidad y menos errores. Sin embargo, también podría dar lugar a que los desarrolladores dediquen más tiempo a ciertas tareas para asegurarse de que cumplen las expectativas percibidas de los revisores.
Además, el Efecto Hawthorne puede influir en el comportamiento de los usuarios durante las pruebas de usabilidad de las aplicaciones informáticas. Los usuarios podrían no interactuar con la aplicación de forma natural si saben que están siendo observados, lo que podría sesgar los resultados de las pruebas.
Aprovechar el efecto
Prestando atención a los empleados, escuchando sus ideas y haciendo que se sientan valorados, las organizaciones pueden aumentar la moral y la productividad, es decir, pueden aprovechar el efecto Hawthorne para mejorar el compromiso de los empleados.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que el efecto Hawthorne también puede dar lugar a aumentos de productividad a corto plazo que pueden no ser sostenibles a largo plazo. Por lo tanto, aunque el Efecto Hawthorne puede ser una herramienta útil para mejorar la productividad, debe formar parte de una estrategia más amplia que incluya soluciones a largo plazo para el compromiso y la satisfacción de los empleados.
El Efecto Hawthorne es un curioso y poderoso fenómeno que sigue influyendo en el comportamiento humano en diversos contextos. Al comprender y aprovechar este efecto, las empresas y organizaciones pueden crear entornos de trabajo más atractivos y productivos.