La hoja en blanco

Hoy después de unos años, me vuelvo a enfrentar a la hoja en blanco, comienzo un nuevo libro sobre la transformación de los negocios y el cloud.

La hoja en blanco es ese momento donde en tu cabeza las ideas están claras, pero tienes que encontrar la manera de explicarlas poco a poco y de manera entendible para el resto; ese momento llega a dar miedo incluso a escritores de renombre, y que necesitan en ocasiones un pequeño impulso para comenzar. Y esto no solo pasa en los libros, también pasa en la vida real, todos tenemos nuestra hoja en blanco.

Cuando alguien nos pregunta algo inesperado, tenemos que estructurar la respuesta y ver la mejor manera de transmitir lo que en nuestra cabeza tiene sentido, de modo que también tenga sentido para el resto y no siempre es fácil.

Por ejemplo, otra hoja en blanco es cuando queremos presentar un proyecto a negocio donde tenemos claras sus ventajas y que nos reportará beneficios, pero también hay que hacerles conscientes a ellos para conseguir su aprobación. ¿cómo expresarlo? ¿en qué orden? ¿con qué palabras?  No podemos dejarlo al azar y presentarnos en la reunión y decir lo primero que venga a la cabeza, debemos pensar y madurar el hilo argumental, viendo diferentes puntos de vista, conectando con las personas que recibirán el mensaje y empatizando con ellos para que estén abiertos a recibirnos y esto implica conocer las preocupaciones de la audiencia y ser conscientes que no a todas las personas de la sala les interesará o preocupará lo mismo.

Antes de rellenar una hoja en blanco, debemos conocer lo que preocupa a las personas que leerán esa hoja, si están inquietos o interesados en mejorar la relación con los clientes, no recibirán del mismo modo un mensaje sobre una solución de gestión de inventarios que sobre una solución de experiencia de cliente.

Necesitamos conocer a quién será el receptor del mensaje y modular las palabras que usemos, la estructura, la duración, etc. No es lo mismo hablarle a una niña de 6 años que a un CFO de una multinacional, y aunque cueste creerlo, tampoco están interesados en los mismos temas.

Por eso es importante ser capaces de contar historias que hilen los pensamientos de todos y los atrape en nuestro mensaje.

Con esto acabo, que me espera una hoja en blanco.